Las grandes envasadoras de bebidas contra el medio ambiente. La batalla de Massachusets

Lunes 6 Octubre 2014

Traducción del artículo del abogado medioambiental Phil Sego aparecido en The Huffington Post sobre la ampliación del Sistema de Retorno de envases de bebidas en Massachusets y los intereses de las grandes marcas de bebidas 

Parece que era ayer cuando la gente todavía bebía agua de las fuentes y cuando compraba una bebida fría no tenía más opciones que beber una Coca-Cola, una Pepsi o un 7-Up. Pero en los últimos 30 años, ha habido un gran cambio en lo que estamos bebiendo, en cuánto estamos bebiendo y hasta en donde bebemos. El Sistema de Retorno de envases de bebidas (SDDR) funciona mediante el cobro al consumidor de un pequeño depósito, por lo general una moneda, que es reembolsado en su totalidad cuando se trae de vuelta el envase a la tienda. 

Y en ningún lugar este cambio en los hábitos de consumo es más evidente que en los 10 estados con SDDR de EE.UU.: Massachusetts, Nueva York, Connecticut, Vermont, Oregon, California, Maine, Michigan, Iowa y Hawaii. Además de tener un depósito para los envases de bebidas, estos estados también tienen las tasas más altas de reciclaje de envases con mucha diferencia, las tasas más bajas de residuos abandonados y, lo que es más sorprendente, a la gente de esos estados les gusta pagar unos céntimos a sabiendas de que van a tener que devolver el envase para recuperarlos. 

Algunos de esos 10 estados han actualizado sus leyes sobre el SDDR para reflejar los cambios en los hábitos del consumidor. Bebidas como el té helado de melocotón o de kiwi no estaban antes en los supermercados, pero ahora estos zumos no carbonatadas o las bebidas de agua y deportivas dominan los estantes. Pero desgraciadamente, estos cambios han desembocado en una batalla en Massachusetts, en pleno proceso de actualización de su ley tras 30 años de funcionamiento. 

En un bando, están los grupos con intereses medioambientales y públicos, como el Massachusetts Sierra Club, el Mass Audubon, la Liga de Mujeres Votantes de MA y el MASSPIRG. En el otro, comparecen los grandes embotelladores de bebidas y las cadenas de supermercados. Lo cierto es que el proyecto de ampliación de la ley del Sistema de Retorno constituye el programa más efectivo jamás concebido para evitar que la basura se abandone en el entorno y que aumente el reciclaje, convirtiéndose en un modelo para otros estados y países de todo el mundo. Gracias al SDDR, Massachusetts recicla un sorprendente 80 por ciento de los envases de bebidas. En agudo contraste, sólo el 23 por ciento de botellas de zumo y agua se reciclan actualmente, ya que no están cubiertas por el depósito. La ampliación de la ley haría que estos envases se incorporasen al SDDR. 

Los ecologistas tienen más razones para definir el sistema y su ampliación como una historia de éxito. El depósito reduce en un 90 por ciento el abandono de unos envases de plástico, aluminio y vidrio que se recuperan de manera tan pura que sirven directamente para producir nuevos envases de bebidas. La mayor parte del vidrio reciclado para botellas de EE.UU. proviene sólo de los estados que cuentan con un SDDR. A la gente les gusta el SDDR porque la limpieza y el vertido de residuos es caro. El Departamento de Protección Ambiental de Massachusets calcula que la ampliación de la ley del depósito incluyendo nuevas bebidas ahorraría a los contribuyentes cada año unos 7 millones de dólares. 

En contraposición, los argumentos de los embotelladores van desde lo falso a lo francamente cómico. Los envasadores se oponen al sistema de depósito alegando que supone una carga excesiva para las personas mayores, que tienen que desplazarse con los envases vacíos de vuelta a la tienda para obtener sus reembolsos. Lo que ignoran deliberadament es el hecho de que las botellas llenas eran 100 veces más pesadas cuando los mismos clientes las compraron y llevaron a casa. También afirman que el proyecto de ampliación del SDDR es redundante y supone un sistema paralelo a los contenedores, pero lo cierto es que el sistema de contenedores es ineficaz para las bebidas, que mayoritariamente se consumen fuera del hogar, ya que sólo capta sólo el 23 por ciento de los envases de esas bebidas. En pocas palabras, una botella sin depósito es mucho más probable que termine siendo abandonada como basura. Y los embotelladores lo saben. 

Las grandes compañías de bebidas también saben que tres cuartas partes de estas bebidas se consumen fuera de casa, fuera del alcance de los contenedores. Quieren que las ciudades y pueblos paguen la cuenta, recojan la basura, mientras que ellos hacen lo que mejor saben hacer ... aumentar sus ganancias. Durante la recesión económica, la industria de las bebidas fue una de los pocas que incrementaron sus ventas y ganancias. Tanto Coca-Cola como Pepsi tuvieron respectivamente unos beneficios, no ventas, de más de 30.000 millones de dólares durante este período, pero la carga de ayudar a incrementar el reciclaje de sus más de 150.000 millones de envases de bebidas vendidos cada año en EE.UU., o los 3.500 millones sólo en Massachusetts, es demasiado para ellos. 

En el listado de victorias de los envasadores cabe mencionar que el Sierra Club, MASSPIRG y su coalición han intentado durante 12 años que se aprobarar una ley de ampliación del Sistema de Retorno. Y cada año han puesto una nueva excusa: nuestros estados vecinos necesitan actualizar su ley antes (lo hicieron), es como un impuesto (un depósito reembolsable no es un impuesto, simplemente consulten el diccionario) o la economía es demasiado débil (aunque Massachusetts haya sido uno de los estados menos afectados por la debilidad de la economía). El Senado de Massachusetts aprobó la actualización en varias ocasiones, pero la falta de liderazgo acabó por dejar morir el proyecto de ley, sesión tras sesión. Tras 10 años, la coalición finalmente se decidió por poner la ampliación en manos de los votantes. 

Por supuesto, las grandes compañías de bebidas no estaban dispuestas a dejar que esto sucediese. Introdujeron desafíos legales, y más recientemente, simplemente decidieron hacer lo que mejor saben hacer: aplastar a la oposición con su dinero. Hasta el momento, han invertido 8 millones de dólares en la campaña para evitar la ampliación, en comparación con los 600.000 dólares de los defensores del depósito. 

Con la combinación actual de los envases que están sujetos a depósito y los que no, más de 1.250 millones de latas y botellas se pierden cada año en Massachusets, suficiente para llenar el Fenway Park, el estadio del equipo local de beisbol. 

El proyecto de ley para ampliar el SDDR es un modelo de aplicación de la responsabilidad del productor: los que crean los residuos son los que pagan por gestionarlos. Cuando devolvemos el envase, recuperamos nuestro depósito. Pero cuando alguien decide no devolver correctamente ese envase, pierde su dinero y ese dinero, una vez la ley de ampliación esté aprobada, ayudará a que nuestros parques estén más limpios, así como financiará los costos de limpieza y gestión de nuestros municipios. 

Si los envasadores ganan, algunos dicen que volverán en dos años para acabar con todo el sistema de depósito, y luego intentarán hacer lo mismo en los otros nueve estados, todo por la protección de sus miles de millones de dólares en ganancias. 

Es por eso que tenemos que actualizar el proyecto de ley de ampliación del SDDR en Massachusetts. 

Phil Sego es el coordinador de la campaña de ampliación del Sistema de Retorno en el Sierra Club de Massachusetts Sierra Club.

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