Dónde vas envase, modelo de prevención y gestión de residuos

Miércoles 23 Enero 2013

Artículo de Eva Herrero, concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Terrassa, en el Diari de Terrassa en el que analiza la realidad municipal de la gestión de envases donde los municipios, y por tanto los ciudadanos, se hacen cargo de gran parte de la recogida selectiva.

Quizás este debería haber sido el título de la mediática y polémica campaña publicitaria "Envase, donde vas?" organizada por diferentes administraciones públicas en colaboración con las empresas envasadoras. Una campaña que tiene como principal objetivo resolver las dudas más habituales del ciudadano o ciudadana que ya separa selectivamente en su hogar. No está tan claro que se esté logrando el principal objetivo pero, afortunadamente, está provocando reflexiones mucho más profundas y necesarias sobre el modelo de gestión. Algunas de las más significativas podrían ser las siguientes.

¿Qué criterios deben prevalecer en el modelo de gestión de los residuos y en las campañas informativas: los medioambientales o los económicos? Evidentemente, los medioambientales, ya que son los que garantizan que nuestro sistema de vida y de consumo sea sostenible, respetuoso con el entorno y no tenga efectos perjudiciales para nuestra salud y calidad de vida. Es más, si lo hacemos bien, también podemos conseguir que el sistema sea eficiente económicamente, tanto para la ciudadanía como para las empresas productoras. ¡Ecología y economía no son antónimos por mucho que se esfuercen algunos sectores sociales, políticos y empresariales!

Todo lo que es técnicamente reciclable debería poder depositarse en el contenedor correspondiente (plástico, vidrio, papel y cartón, orgánica, ropa, aceite, etcétera) y sólo excluirse aquellos productos que contengan algún otro material que perjudique el proceso posterior como, por ejemplo, aquellos que contengan materiales contaminantes. Los gobiernos deben velar porque el modelo garantice el máximo nivel de reciclaje y no por los intereses económicos de las empresas envasadoras.

¿No sería mejor dedicar los recursos a reducir la cantidad de residuos que generamos en lugar de dedicarlos a la pesada tarea de separar, gestionar, tratar y "eliminar" los actuales? El residuo cero debería ser el principal reto a abordar, tanto desde el gobierno estatal como desde el gobierno de la Generalitat. Sin duda el mejor residuo es aquel que no se genera, por tanto, es imprescindible que la normativa limite la producción y la generación de residuos, avanzar para que no se ponga en el mercado ningún producto que no sea reutilizable, reciclable o compostable. El modelo debería avanzar hacia un sistema de depósito y retorno de envases, que es el más eficiente desde el punto de vista medioambiental, y que funciona con total normalidad en países como Alemania, Dinamarca, Finlandia u Holanda y donde alcanzan niveles de recuperación de envases del 95%.

¿Es justo hacer recaer sobre la ciudadanía y los ayuntamientos la mayor parte de la responsabilidad en la gestión de los residuos? Pues, no. Esto no significa que la ciudadanía no tenga la obligación de separar los residuos en su hogar. Es imprescindible hacerlo y seguir haciéndolo mientras no tengamos un sistema más eficaz. Ahora bien, la realidad es que los datos demuestran que un 60% de los envases no van a parar al contenedor amarillo sino al contenedor verde de resto. Esto significa que, o bien van a parar a un centro de tratamiento de residuos, como es el caso de Terrassa, donde se recupera una buena parte pero a un elevado coste económico para los ayuntamientos y la ciudadanía (¡no para los productores!). O bien van a parar directamente a un vertedero o a una incineradora, con un elevadísimo coste medioambiental y también económico.

El hecho es que, después de 15 años de recogida selectiva, estamos lejos de conseguir los resultados de reducción y reciclaje que tienen la mayoría de países de la Unión Europea. Pero lo más grave es que, con estas campañas, parece que los culpables son los ciudadanos cuando, lo cierto es que los gobiernos no han tomado decisiones valientes para limitar la generación y para obligar a los productores a asumir las responsabilidades económicas que ahora asumen los ayuntamientos al hacer la recogida selectiva y la ciudadanía con su esfuerzo y abonando la correspondiente tasa de residuos.

Proponemos abordar todos estos temas y avanzar en la aprobación de una ley catalana de envases y residuos que amplíe los objetivos de recogida desde un punto de vista medioambiental y ponga en marcha el sistema de depósito y retorno de envases. También planteamos ampliar el catálogo de residuos susceptibles de reciclaje en el marco de los convenios con las empresas productoras de envases y vidrio que la Agencia de Residuos de Cataluña está negociando en estos momentos para los próximos años. Es imprescindible conciencia y presión social para que estos planteamientos sean una realidad. Mientras debemos continuar haciendo recogida selectiva en nuestros hogares y ante la duda informarnos bien y aplicar criterios medioambientales en nuestras decisiones.

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